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HABILIDADES ESPECIALES

Relatos Dreamers

- ¿En que habitación se hospeda el Sr. Austin Dowson? – dijo uno de los gemelos, mostrando una identificación del servicio de inteligencia galáctico al sorprendido conserje del hotel Real King of Vaskylna.
- Un momento, deje que lo compruebe – dijo el pequeño hombrecillo al tiempo que tecleaba en el ordenador, detrás del mostrador.

Mientras buscaba la información que le habían pedido, levantó la vista un par de veces para echarnos una mirada, cargada de curiosidad a mi y a mi escolta, que permanecía detrás de mí agarrándome del brazo derecho. Supongo que la visión de un tío con la cara destrozada escoltado por un par de agentes clónicos del gobierno no entraba en la lista de tareas que correspondían a la monótona vida de un conserje de hotel.Añadir Anotación

- Es la 407 – dijo al fin – se inscribió ayer por la noche.
- Necesitamos un duplicado de la tarjeta de acceso – dijo el agente de la ley en un tono que dejaba muy claro que cualquier objeción por parte del recepcionista, sería recibida con muy poco agrado.
El hombrecillo tecleo en el ordenador y por una ranura que había en el mostrador apareció una tarjeta de plástico con una banda magnética.
- Aquí la tienen.- dijo señalando la tarjeta.
- Muchas gracias.- dijo el gorila. Me cogió del brazo que tenía libre y fui prácticamente arrastrado hasta el ascensor.

Una vez delante de la puerta 407 me dieron la tarjeta de plástico al tiempo que sacaban sus armas y lo que parecía una pequeña red de finas hebras metálicas. No era la primera vez que veía ese artilugio. Era un disruptor neuronal. Impedía la entrada o salida de cualquier tipo de ondas en el cerebro.Añadir Anotación

- Abre la puerta – dijo uno de los gemelos – entra y échate a un lado rápidamente.
- Ahora ya tenemos lo que queremos – dijo su igual -si haces cualquier tontería será un placer matarte con mis propias manos.

La acción se sucedió muy rápido. Hice lo que me pidieron y ellos entraron en tromba detrás de mí. Paul estaba de pie, en medio de la sala, cuando fue derribado por un rayo de fuerza que le impactó en el pecho, el mismo que me dispararon a mí. Antes de que pudiera levantarse, tenía a los gorilas encima y mientras uno le sujetaba el otro le ponía la maya metálica en la cabeza. Ya no podía hacer nada.Añadir Anotación

La nave de los gemelos, un modelo Flymaster, era un poco mayor que el Fantom que había alquilado yo, pero mucho más potente. Nos habían esposado las manos y sentado en la parte trasera del vehículo, que estaba separada de la cabina del piloto por un campo de fuerza iridiscente. Era un vehículo adaptado para el transporte de prisioneros, como los que utilizaban los agentes encubiertos del gobierno. Paul miraba a través de los cristales, seguramente blindados, con indiferencia. Realmente, no sabía nada de él pero estaba convencido de que le había metido en unos problemas que no se merecía.Añadir Anotación
Me dolía todo el cuerpo, en especial la cara, ya que se había llevado la peor parte de los golpes, pero lo que más me dolía era pensar en Jab. No podía soportar la idea de que le hicieran daño.

- No te preocupes demasiado.- dijo Paul sin dejar de mirar por la ventana – A juzgar por tú aspecto, juraría que te obligaron a colaborar con ellos.
- No fue así en un principio.
- Mi mujer puede ser muy convincente.- dijo resignado.
- ¿Es realmente tu mujer?- pregunté sorprendido.
- Desde hace tres años y poco más. – Por primera vez apartó la vista de la ventana y clavó sus ojos en los míos – Te dije que no era buena persona.
- Debí haberte creído.- Dije sinceramente.
- Me gustaría darte una explicación sobre todo esto, pero me temo que tienen escuchas aquí detrás – dijo señalando las siluetas dibujadas en el campo de fuerza – y saber más, solo te perjudicaría.

Sus palabras me sorprendieron, no tanto por la preocupación que mostraba hacía alguien a quien no conocía y que, además, solo le había causado problemas, sino por la serenidad y entereza que mostraba. Parecía que, de algún modo, aún controlaba la situación.
Permanecimos el resto del viaje sin decir nada.

Llegamos al aparcamiento del hotel Retfield y uno de los gemelos me llevó hasta la habitación donde tenían a Jab. El otro se quedó en el Flymaster con Paul. Pensé que era curioso que nuestro destino se hallara en manos de lo que parecía el mismo hombre y en el mismo instante pero por diferentes caminos.Añadir Anotación
Jab estaba sentada en el diván con las manos atadas, mirando el plasma, cuando entramos y el gorila me empujó, haciéndome caer encima de la cama con las manos esposadas por detrás de la espalda.

- ¿Lo tenéis? –preguntó Betsy.
- Esta abajo – contestó el gorila – Carl está con él.
- Estupendo – parecía muy contenta, pero no exactamente como una mujer que ha recuperado a su marido – espera hasta que empiece y después ya sabes que tienes que hacer.
Cogió su abrigo y fue hacia la puerta pero antes de salir se paró y me dijo:
- Una lastima Sr.Hamet, no era así como lo tenía planeado. Espero que no me guarde rencor.
Y se marchó dejándonos a solas con el matón con credenciales policiales.

- ¿Cómo estas, Jab? – dije en voz alta.
- He estado mejor, pero no me han tocado si es lo que querías preguntar.

El gorila se sentó en una silla y se sirvió una copa de la botella con el líquido verde que había encima de la mesa. La televisión interrumpió la emisión del programa que estaban emitiendo para recordar que apenas faltaba una hora para que los doce sabios del gobierno se reunieran en asamblea con la oposición para tratar el tema del conflicto con Andrómeda.Añadir Anotación

- ¿Cómo te llamas? – pregunté al gorila.
- ¿Acaso importa? – dijo sin mirarme.
- Me gustaría saber el nombre del tipo que va a matarme.
- Kevin – dijo sonriendo – No parece preocuparte demasiado.
- Algún día tiene que ocurrir. Todos morimos.
- Pero nadie quiere hacerlo.
- ¿Puedes darme un cigarrillo?
- No voy a quitarte las esposas de la espalda.
- Puedo aguantarlo con mis labios Kevin, no necesito las manos para fumarlo. Tómalo como el último deseo de un condenado a muerte.
Kevin se encogió de hombre y cogió un cigarrillo. Me ayudó a incorporarme en la cama, puso el cigarro en mis labios y me dio fuego.
- Necesito ir al baño.- dijo Jab.
- ¿No puedes esperar? – gruño Kevin.
- ¿A qué? ¿A que me mates?
- De acuerdo, pero estaré fuera todo el tiempo. No hagas nada extraño o tu muerte será dolorosa.

Jab se levantó y caminó hacia el baño seguida por Kevin.

- ¿Qué es lo que tiene que empezar, Kevin? – Pregunté.
- Eso si que no te incumbe. – Contestó desde la puerta del baño.
- Yo creo que sí, después de todo nos mataras en cuanto haya empezado ¿no?

La puerta del baño se abrió de golpe y Kevin soltó un grito desgarrador llevándose las dos manos a la cara. Yo me puse en pie de un salto y lo embestí por un costado. Cayó de espaldas al suelo y un charco de sangre se formó alrededor de su cabeza. Jab le había clavado un lápiz de madera en uno de sus ojos.Añadir Anotación

- ¿Estas bien? – le pregunté. Estaba pálida como el papel de fumar.
- Creo que sí.

Me senté junto al cuerpo inerte de Kevin y con las manos en la espalda, busqué en sus bolsillos hasta que di con las llaves de mis esposas.

- Quítamelas –le dije a Jab dándole las llaves.

Fui a la cocina y busqué en los cajones hasta encontrar un cuchillo con el que corté las cuerdas que ataban a Jab por las muñecas.

- Tranquila, pequeña, ya ha acabado todo.- Se encontraba en estado de shock. Nunca había matado a nadie y al hacerlo de forma tan violenta le había superado. La acompañé hasta el diván donde se sentó mientras le preparaba una copa.
- ¿Te dijo algo la Sra. Bradford que pueda sernos de utilidad? – le pregunté mientras me encendía un cigarrillo.
- En todo el tiempo que estuvisteis fuera no cruzamos ni una sola palabra – respondió después de dar un sorbo a la copa – se limitó a mirar la pantalla de televisión buscando canales donde hablaran de la asamblea de los doce. Parecía muy interesada.

Entonces me acordé de mi conversación con Charly. Prometió enviarme al mail el informe de la Sra. Bradford en cuanto lo tuviera. Habían pasado unas horas, así que era posible que me lo hubiera mandado ya. Busqué mi ordenador de bolsillo y lo encontré encima de un estante. Sin duda, habían hurgado en él, pero no había nada allí que les pudiera interesar. Abrí la cuenta de mi correo personal y allí estaba, el correo de mi amigo Charly. Era el informe de Betsy. En el, se decía que era científica y que, efectivamente estaba casada desde hacía tres años con el Sr. Paul Bradford pero no se mencionaba, en ningún caso, que fuera la encargada de un grupo de estudio de personas con habilidades especiales al cargo del gobierno. Muy al contrario, el informe decía que era la número dos del teniente coronel Harry Chuningham, presidente del partido político que formaba la oposición del gobierno actual. No era de extrañar que se interesara por la asamblea, posiblemente, debía asistir a ella personalmente.Añadir Anotación
¿Y si todo fuera un plan urdido desde hacía años para derrocar al gobierno? ¿Y si Paul era capaz de inducir a mas de tres personas? ¿Y si era capaz de influenciar su voluntad en, por lo menos seis personas? Alguno de sus espías debía haber conocido a Paul y su segunda mutación y lo había largado a la oposición, que mediante engaños, habrían captado a Paul, simulando ser parte de un proyecto del gobierno. Betsy se encargó de enamorar al desdichado, y de algún modo, no se como, pretendían utilizarlo para alterar las votaciones que tendrían lugar esa misma noche. Lo que no entendía era como Paul había descubierto el juego, pero no había tiempo que perder, ahora lo tenían de nuevo en su poder y no dudarían en utilizarlo.Añadir Anotación

- ¿Donde se va a realizar la asamblea? – pregunté a Jab.
- En el Corus Celesti – me miró sorprendida - ¿en que estas pensando?
- Aún podemos detenerla – le dije mientras marcaba el número de Charly desde el teléfono del hotel.

Hablé con él, explicándole muy por encima lo que había sucedido sin mencionar a Paul en ningún momento. Me prometió llamar a los encargados de la seguridad en Corus Celesti y parar la asamblea hasta mi llegada.
Jab y yo bajamos hasta el aparcamiento y encontramos el Fantom en su sitio. Entramos en él y busqué las coordenadas del hotel en el ordenador del vehículo. Pulse los mandos indicados y la pequeña nave se elevó del suelo rumbo a su destino prefijado.
Cuando llegamos había luces de policía y vehículos de primeros auxilios en las puertas del hotel. Una intensa actividad se desarrollaba fuera y me hizo pensar que algo había salido mal. En cierto modo, habíamos llegado tarde.
Bajamos de la nave y mostré mis credenciales al primer oficial que encontramos. Lo que me explicó me dejó desconcertado. Al parecer, al inicio de la asamblea, la Sra. Bradford sacó de su bolso una pistola láser y disparó sobre su superior, el teniente coronel Harry Chuningham quitándole la vida, e inmediatamente después descargó otro disparo que carbonizó su propia cabeza. Las fuerzas de seguridad entraron en la habitación y sacaron a los doce sabios intactos.Añadir Anotación

- ¿Han registrado el edificio? – pregunté al oficial.
- En estos momentos mis hombres están inspeccionando todas las habitaciones del hotel, pero para serle sincero, no sabemos exactamente que es lo que buscamos.
- ¿Podría ver los cadáveres?
- Acaban de llegar los vehículos para su traslado – me dijo – si espera unos minutos podrá ver como los cargan.

Un joven, con aspecto de novato, se acercó al oficial y le susurro algo al oído.

- Parece que han encontrado algo, será mejor que me sigan. – El rostro del oficial estaba cargado de preocupación.

Al cruzar el vestíbulo del hotel nos cruzamos con los camilleros que sacaban los dos cadáveres. Les eché un vistazo y si bien, no pude reconocer la cara de ella, debido a su estado de carbonización, si reconocí las ropas que llevaba. Al otro no lo conocía.
Subimos en el ascensor hasta la planta número cinco, una por debajo de donde se celebraba la asamblea. Entramos en la habitación y allí vimos a Kevin, el gemelo que faltaba, tendido en el suelo, con la cara calcinada y un láser en su mano. Otro suicidio. Al lado del muerto había una silla con unas cuantas cuerdas que parecía, habían sido utilizadas para atar a alguien. Allí no había nadie más aunque, yo sabía perfectamente quien había ocupado esa silla.Añadir Anotación

Jab y yo tuvimos que rellenar varios informes y contestar a las preguntas que nos hicieron los encargados de la seguridad de la asamblea. En el mío, expliqué que habían raptado a Jab y amenazaron con matarla si no les daba la ubicación exacta de uno de los miembros de la asamblea. Conté que nos dejaron con Carl, el matón gemelo del que acabábamos de encontrar y que, después de propinarme una brutal paliza, aproveché la única oportunidad que tuve para acabar con él antes de que nos matara. Entonces llamé a mi amigo Charly y le puse al tanto de la situación, temiendo que fueran a atentar contra los miembros de la asamblea. Lo que nos encontramos en realidad, era tan misterioso para ellos como para mí. Nos dejaron marchar, pero sabía que las explicaciones no satisfarían a Charly. En aquellos momentos, me daba lo mismo. Estaba cansado, llevaba días sin dormir y la paliza que me habían dado no me dejaba pensar con claridad. Necesitaba descansar.Añadir Anotación

Una nave policial nos dejó en el espacio puerto de Vaskyna y allí subimos a un vuelo regular al planeta Tirsen después de prometer a los agentes que nos acompañaron que nos pondríamos en contacto con Charly en cuanto llegáramos al planeta.
Jab se durmió antes de entrar en hyper espacio, mucho antes del primer salto cuántico. A pesar de mi cansancio no conseguía conciliar el sueño ni con los calmantes que me proporcionaron las azafatas de la nave.
<< Bien esta lo que bien acaba, Sr.Hamet>> La voz sonó alta y clara dentro de mi cabeza. <<Es usted un buen hombre al que han intentado utilizar y creo que merece una explicación. >> Giré la cabeza a ambos lados en busca de Paul. << No se esfuerce Sam, no estoy en la nave. Muchas son las cosas que pasaron por alto acerca de mi poder. Como usted adivinó, Betsy me engatusó durante más de siete años. Ellos hicieron desaparecer la ficha ginecológica de mi madre en la que se detallaba claramente cual sería mi habilidad en el futuro, suplantándola por la de un niño normal. Estuvieron presentes durante toda mi vida y cuando por fin se manifestaron mis poderes hicieron que Betsy entrara en escena. Se me presentó como agente del gobierno y me explicó el rollo de que yo era alguien especial y que el gobierno se ocuparía de mí, dándome trabajo etc. Cuando la segunda manifestación apareció, llevábamos un tiempo saliendo y ya me había explicado que trabajaba con un grupo de científicos, encargados de estudiar a individuos con más de una mutación. Evidentemente, entre a formar parte de ese equipo y, con el tiempo me enamoré de ella. No puede ni imaginarse lo duro que fue enterarme de que toda mi vida, incluida la mujer con la que me había casado y de la cual estaba profundamente enamorado, era una farsa. Estaba usted en lo cierto, Sam, pretendían alterar las votaciones del consejo para así crear una guerra y volver al poder. >>Añadir Anotación
- ¿Pero como se enteró de sus verdaderos planes? – pregunté en voz alta.
<< No hace falta que hable, Sam, si alguien le ve hablando solo va a pensar que está usted loco. >> La voz en mi cabeza era tan clara, que me olvidé de que no estaba allí conmigo. << Mi poder cambió tantas veces que ya me encontraba en disposición de influenciar en las mentes de más de veinte personas encontrándome a kilómetros de ellas. Pero el último cambio fue distinto. No lo llegaron a descubrir. Fue el día que me fui de vacaciones para pensar en lo que me había pasado y sobre todo, en lo que había captado. Como ya debe de haberse imaginado, me convertí en un telépata. Cuando vi a Betsy después del cambio, su cerebro se abrió a mí de manera involuntaria, desvelándome todos sus planes secretos.>> En ese momento, me paso por la mente el disruptor neuronal que le habían puesto para anular su poder, y antes de que mi pensamiento hubiera cobrado forma tuve la respuesta directamente en mi mente. <<Cuando sabes de antemano cual va a ser el ataque de tu enemigo, es muy fácil anticiparte a la jugada. Basta con llevar un electroimán para anular las ondas electroestáticas del disruptor neuronal. El resto de la historia ya la conoce. Le cuento todo esto, porque se que es usted una persona obstinada y que, aunque ha tomado precauciones y no ha mencionado mi nombre a nadie, incluyendo a su amigo el policía, usted, no se conformaría dejando las cosas como están. Me buscaría para pedirme explicaciones y francamente, a partir de hoy quiero desaparecer. Me han hecho mucho daño, Sam, y debo recuperarme. Debo empezar mi vida desde cero y pienso aprovechar el hecho de que nadie me echara en falta. Solo usted podría volver a localizarme y, es por eso que he preferido contarle las cosas tal y como han sido. >> La voz en mi cabeza dejó de hablar y yo no supe que decir. << No tiene que decir nada, Sam, lamento haberle conocido en estas circunstancias. Confío en que me comprenda y que deje las cosas como están. Ahora desapareceré de su cabeza y no volveré jamás. >>Añadir Anotación

Así, después de todo, mis sospechas eran ciertas. La oposición había intentado derrocar al gobierno y le había salido el tiro por la culata. Imaginé lo difícil que habría sido para Paul matar a la mujer que amaba pero era el único camino. Sabía demasiado y ella no lo habría dejado escapar. Ahora lo único que quedaba era encontrar una buena historia para contar a Charly, pero bueno, ya se me ocurriría algo. El sueño empezó a apoderarse de mí.Añadir Anotación


ALEX PINET

parkerwebhead, 22 de Marzo de 2005
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